lunes, 14 de junio de 2010

Ilusión de color rojo pasión

Tiene narices la cosa. ¡Que dedique yo una entrada a hablar de fútbol! El que me conozca un poco, sabe que esto no es el pan de cada día tratándose de mí. Pero no he podido resistirme. Como decía, el fútbol no es mi más ferviente afición, pero esto ya no versa únicamente de veintidós jugadores detrás de un balón. Ahora la roja ya no sólo juega al fútbol.

La selección española ha conseguido algo mucho más importante que devolver la pasión por el fútbol a todos los españoles, y con esto me refiero al sentimiento, a la ilusión de pertenencia al equipo rojo, el orgullo de proclamar a los cuatro vientos que somos españoles y que estamos muy orgullosos de serlo. Desde hace ya tiempo, el hecho de presumir de haber nacido en este bello país en el que reina el sol y la buena gente, era criticado por muchos como seña de ¡simpatía falangista! algo que nunca he podido ni he querido comprender. ¿Y por qué no podemos los españoles estar orgullosos de nuestras raíces?

El mundial de Sudáfrica ha comenzado ya, sólo faltan dos días para que España debute ante Suiza, y desde hace ya varias semanas vemos balcones y ventanas decoradas con banderas españolas. Y no sólo eso, comercios, bares, en todos sitios hay una bandera que recuerda a todo el que pasa que compartimos una ilusión. La conversación más recurrida en la cola de la frutería es nuestra admirada selección y las muchas posibilidades que tiene de hacerse con la copa del mundo.

Reconozco que me emociona. Yo, como muchísimos españoles, reconozco mi inquietud ante este campeonato. Contenemos un montón de adrenalina que expulsamos en grandes dosis cada vez que la roja marca un gol, ansiamos el triunfo y disfrutamos con el sentimiento de pertenencia a él. Me encanta que por una vez, el vecino de arriba y yo, compartamos un sueño común. Nuestros jugadores, según declaraba ayer Cesc Fábregas, tienen “hambre de títulos”, y nosotros, ahora que hemos pasado la resaca de victoria de la Eurocopa de 2008, volvemos a estar sedientos de gloria.

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